miércoles, 8 de abril de 2020

Un regalo para Andrés


Andrés estuvo de cumpleaños en Enero. Como la novia enamorada que soy, quería regalarle el universo! Pero no pude.
Quería regalarle maquetas y model kits que tanto le gustan, pero no encontré.
Más bien, no busqué en el lugar indicado.

Finalmente armé (mi favorito para todo el mundo) una caja con muchas cositas adentro.
“Regalo racimo” lo llama él.
Conseguí una caja verde (como de zapatos) donde los chinos. Quería minifiguras de lego, pero en Arica es súper difícil conseguirlas (y son caras). Encontré otras figuritas similares.
Agregué dos cajitas de Pockys, porque son taaan ricos! (los clásicos de chocolate y los verdes de matcha).

Dados; Andrés los colecciona, así que estuve buscando dados especiales, de esos de rol, con muchos lados, con figuras poco tradicionales y de colores. En esta ocasión fueron verdes (anteriormente ya le he regalado dados, pero pintados por mí) y los metí en una bolsita.

Un “frasco de la felicidad” algo que he visto en pinterest. Se trata de un frasco de vidrio vacio, con post its disponibles para usar. La idea es que cada vez que algo bueno pase, anotarlo en un post it, y meterlo al frasco. El frasco se abre a fin de año o cuando esté lleno. Y así uno recuerda todos los momentos felices que sucedieron.


Otra idea que me dio pinterest fue hacer sobres  con instrucciones como: “ábrelo cuando estés triste” o “ábrelo cuando quieras saber cuánto te amo”. De éstos hice seis; resalto el que llené de cupones: con cosas como “vale por una salida en bicicleta” o “vale por una maratón de anime”.
Debido a la contingencia actual, no hemos podido usarlos.
 
Finalmente, pero no menos importante: hice un bordado que convertí en llavero/colgante. Me gustó  y además Andrés se emocionó.

¿Qué más metí en la caja?
Confeti de estrellitas, una foto de nosotros, y nada más, porque no me alcanzó.

Ah! Ya estaba lista con la caja, pero sentía que no era suficiente, él se merece todo!
Así que le agregué un par de cómics de Batman, que por pocos centímetros podrían haber entrado en la caja.

No soy muy de piel, o de decirle “te quiero” a todo el mundo, ni de andar abrazando.
Poner harto empeño en los regalos (incluso en la forma de envolverlos) es mi forma de decir “te quiero, te aprecio”

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